lunes, 10 de junio de 2013

ALBERTINA MANSILLA/ SUEÑO


Ciudad luminosa
estelar, ciudad esférica lunar.
Ciudad flotante, alba de plata,
brillante de oropel.
Era yo una elegida,
una habitante planetaria.
La vida era tan bella
allá arriba,
tan claro el firmamento,
y tan gris y opaco abajo:
se veían tan pequeños
los habitantes del planeta
que lloré por ellos.

Yo, arriba, la elegida,
y ustedes abajo castigados por el tiempo.
Con angustia los observo,
y dejo escapar
un grito desgarrador...
Despierto -de pronto-
y el cielo y la tierra otra vez están juntos.
Salgo a la calle,
la lluvia resbala acariciadora
por mi rostro,
respiro y lloro largamente...
Aún es bueno el mundo -pienso-
y me voy por calles, charcas, ríos,
lagos y montañas,
paisajes sin fin
hasta perderme en la nada.

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